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Aportes de la Economía Feminista desde Argentina

Corina Rodríguez Enríquez, integrante del Comité Ejecutivo de DAWN, es una de las autoras de este documento publicado por la Fundación Friedrich Ebert Stiftug (FES) que recoge contribuciones de 12 autoras para ofrecer un abanico de voces sobre distintos temas de la economía feminista.

A continuación compartimos el artículo de Corina.

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Los aportes de la economía feminista a la agenda feminista en América Latina

Corina Rodríguez Enríquez

Algunos países de América Latina están siendo espacio de una energizante avanzada de la agenda feminista. De la mano del movimiento Ni una menos, iniciado en Argentina a mediados de 2015 como reacción masiva a una sucesión de femicidios ocurridos en el país, las demandas históricas de los feminismos han ganado espacio en la discusión colectiva. Persistentemente, han permeando en los movimientos sociales, convocado a nuevas generaciones a estas resistencias, se esparcieron en las redes sociales y hasta ingresaron en canales habituales de comunicación masiva.

En este marco, los temas relativos a la dimensión económica de la subordinación de las mujeres también evidenciaron una renovación y actualización, cuya expresión más pública han sido los sucesivos paros internacionales de mujeres organizados en los últimos 8 de marzo. En ellos se pudieron apreciar consignas relativas al valor del trabajo de cuidado no remunerado, a la segregación en el mercado laboral, a la brecha de ingresos monetarios. Este es, por tanto, un terreno sin dudas muy propicio para aprovechar los aportes que la economía feminista (EF) puede hacer a esta discusión.

En efecto, la EF hace décadas que viene construyendo un andamiaje conceptual y abundante evidencia empírica que, basándose en los debates históricos de los feminismos y los aportes hechos durante largo tiempo por los estudios de género, contribuye con elementos indispensables para comprender la interrelación entre la dinámica económica, las relaciones de género y los mecanismos de reproducción de la desigualdad.

Uno de los aportes fundamentales viene a desentrañar el nudo producción-reproducción, visibilizando el rol económico sistémico esencial del trabajo doméstico y de cuidado. El mismo aporta a la producción y reproducción de fuerza de trabajo, garantizando trabajadorxs en condiciones materiales y simbólicas aptas para participar en la producción de bienes y servicios con valor económico en el mercado. Por lo mismo, la EF resalta que el trabajo doméstico y de cuidado tiene valor económico (porque contribuye a generarlo), que debe ser reconocido y recompensado. Además, con abundante evidencia provista por las encuestas de uso del tiempo, demuestra la persistencia de la división sexual del trabajo y como consecuencia, la dedicación de las mujeres a este trabajo en mucha mayor proporción que los hombres.

A su tiempo, esto se transforma en uno de los obstáculos más persistentes para la participación plena de las mujeres en el mercado laboral. Así, a pesar de los avances que las mujeres han conseguido en este terreno, se mantienen las brechas de género en la participación laboral (la tasa de participación promedio de las mujeres en la región es más de 20 puntos porcentuales menor que la de los hombres), en el desempleo (con la tasa de desocupación de las mujeres sistemáticamente por encima de la de los varones), en la informalidad y precariedad laboral, y como consecuencia de todo lo anterior, en los ingresos laborales (en América Latina, los ingresos promedios de las mujeres se ubican 20 puntos porcentuales por debajo de los ingresos promedio de los hombres).

La EF se preocupa además por mostrar los vínculos entre estas brechas persistentes, las estrategias económicas de los países y la lógica de reproducción del capital a nivel global. Así expone cómo las desventajas de las mujeres en la participación económica, se transforma en una ventaja comparativa para los países, como en el caso conocido en la región de las estrategias de desarrollo basadas en las industrias manufactureras para exportación (las llamadas maquilas). Éstas sobre-explotan la fuerza de trabajo de las mujeres, sin siquiera generar a cambio beneficios notables para las economías locales.

Éstas son expresiones de la forma que van adoptando las cadenas globales de valor, con una división sexual social del trabajo a nivel global, donde los capitales van rotando en busca de ventajas fiscales y laborales, que permitan maximizar las tasas de ganancias de las grandes corporaciones.

Estas estrategias se combinan muy ajustadamente con los procesos de liberalización comercial y financiera, en particular de los países del Sur global, cuyas implicancias en las brechas de género y en la situación de las mujeres también han sido ampliamente expuestas por la EF. En particular, se señala que los acuerdos de este tipo operacionalizan una carrera a la baja de los estándares laborales, ambientales y fiscales, que profundizan la precariedad de los empleos, desplazan a las poblaciones de sus territorios, espolian los recursos naturales, y mercantilizan todos los aspectos de la vida.

Asimismo, la EF viene enfatizando que este contexto de capitalismo financiero global muestra en la actualidad una voracidad ilimitada del poder de las corporaciones multinacionales que, colonizando los espacios multilaterales, determinan la agenda de desarrollo. De esta forma, se garantizan la apertura de nuevos espacios de negocios, como es el caso, por ejemplo, de las actualmente muy promovidas asociaciones público-privadas para la expansión de infraestructura, que además de no haberse demostrado que son más eficientes que otros mecanismos, imponen prioridades más asociadas a megaproyectos, con altas tasas de retorno, que a infraestructura social básica, lo que resultaría esencial para mejorar la vida de las mujeres y reducir las brechas de acceso a servicios básicos.

Estos aportes de la EF resultan fundamentales en el contexto actual de la región, donde muchos países atraviesan etapas de gobiernos apropiados por los intereses del sector privado, que promueven políticas orientadas a la lógica de la austeridad y el ajuste, reactualizando simultáneamente perversos ciclos de endeudamiento. En este contexto, la EF es una contribución inestimable que puede nutrir con información, evidencia y argumentos sólidos, la construcción de resistencias (y propuestas) colectivas.