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DAWN Signs On To Open Letter to the Climate Response Fund and the Scientific Organizing Committee

ASILOMAR LETTER: ENGLISH, SPANISH, FRENCH
February 9 2010

RE: Asilomar International Conference on Climate Intervention Technologies: March 22-26 2010

As civil society organizations and social movements working to find constructive solutions to climate change, we want to express our deep concerns with the upcoming privately organized meeting on geoengineering in Asilomar, California. Its stated aim, which is to “develop a set of voluntary guidelines, or best practices, for the least harmful and lowest risk conduct of research and testing of proposed climate intervention and geoengineering technologies,” is moving us down the wrong road too soon and without any speed limit.

Geoengineering refers to the large-scale technological manipulation of the climate and related systems through techniques such as putting sulphate aerosols in the stratosphere, fertilizing the ocean, and whitening the clouds. The priority at this time is not to sort out the conditions under which this experimentation might take place but, rather, whether or not the community of nations and peoples believes that geoengineering is technically, legally, socially, environmentally and economically acceptable.

Without any international consensus as to whether geoengineering is an acceptable intervention in natural systems, the Climate Response Fund and its Scientific Organising Committee’s discussion about “voluntary guidelines” is nonsensical. The Conference organisers – almost exclusively white male scientists from industrialized countries – are presuming that they have the experience, wisdom and legitimacy to determine who should or should not be invited into this conversation.

There are many scenarios where geoengineering experiments with cross-border impacts would violate existing treaties (the 1978 Environmental Modification Convention or “ENMOD Treaty”, amongst others). The establishment of “voluntary guidelines” by an informal group meeting in Asilomar could undermine local, national, or international laws, as well as compromise strategies for mitigation and adaptation. Moreover, the history of voluntary guidelines is that companies simply do not follow them. Not only will the scientists involved in this enterprise be giving their blessing to dangerous geoengineering technologies, they have no authority to force corporations or governments to comply.

The issue of large-scale geoengineering experimentation and its impact is not about technical peer-review. It is about no less than rights, responsibilities and the future of the planet. This public debate must, at the very least, include the peoples and countries who are most vulnerable and likely to be affected by geoengineering, not only those who stand to gain. Such a discussion cannot happen without the participation of the full membership of the United Nations. Determining guidelines for geoengineering research and testing in the absence of that debate is premature and irresponsible.

Clearly, the lack of transparency and conflict of interest in the organization of the Conference leaves serious doubt about who is setting the agenda and whose interests are being served. In the few materials that have been published[1], it is stated that (unnamed) donors, the Climate Response Fund, and the Climate Institute have no “financial interest in the particulars of the technologies or the guidelines that are being developed.” Yet, these organizations have publicly welcomed private sector input and money, including support from fossil fuel interests and car manufacturers. Finally, despite the fact that a list of the funders and details for the Conference was promised for 1 January 2010, the names have yet to be disclosed.

It is vital that the international debate about geoengineering not be left in the hands of those with a self-interest in its facilitation, pursuit and profit. It concerns us all and must be brought out into the open where all can participate.

That will not happen in March in Asilomar.

Signed by:
African Biodiversity Network, Kenya
Asia Pacific Research Network, Philippines
Biofuelwatch, UK-USA
Canadians for Action on Climate Change, Canada
Centro ecologico, Brazil
CESTA- Friends of the Earth, El Salvador
Coastal Development Partnership, Bangladesh
Development Alternatives with Women for a New Era (DAWN), International
ETC Group, International
Gaia Foundation, UK
Global Justice Ecology Project, USA
Green Delaware, USA
Massachusetts Forest Watch, USA
Nadi Ghati Morcha, India
Polaris Institute, Canada
People’s Movement on Climate Change, Philippines
SEARICE, Philippines
Sewalanka Foundation, Sri Lanka
SmartMeme, USA
Texas Climate Emergency Campaign, USA
Uganda Coalition on Sustainable Development, Uganda

To sign on to this letter (organizations only) send an email to signon@etcgroup.org with the full name of the organization, the country and the contact person.

[1] See Michael MacCracken’s letter to the geoengineering Google group at http://groups.google.com/group/geoengineering/browse_thread/thread/a5731…

 

SPANISH
Carta abierta al Climate Response Fund (Fondo de respuesta al clima) y al Comité Científico Organizador

Asunto: Conferencia Internacional Asilomar sobre Tecnologías de Intervención Climática, 22 al 26 de marzo de 2010

Como organizaciones de la sociedad civil y movimientos que trabajan para encontrar soluciones constructivas al cambio climático, queremos expresar nuestra profunda preocupación en torno a la próxima reunión sobre geoingeniería, organizada por intereses privados, en Asilomar, California. El objetivo explícito de esta conferencia, “desarrollar un conjunto de directrices voluntarias, o mejores prácticas, para el desarrollo menos nocivo y el menor riesgo de la investigación y las pruebas de tecnologías de intervención climática y geoingeniería”, nos conduce a una senda equivocada, abruptamente y sin ningún límite de velocidad.

La geoingeniería se refiere a la manipulación tecnológica en gran escala del clima y sistemas relacionados mediante técnicas como el uso de aerosoles de sulfato en la estratosfera, la fertilización del océano y el blanqueamiento de las nubes. La prioridad en estos momentos no es definir las condiciones bajo las cuales estos experimentos ocurrirían, sino si la comunidad de naciones y pueblos considera que la geoingeniería es técnica, legal, social, ambiental y económicamente aceptable. Sin ningún consenso internacional sobre si la geoingeniería es una intervención aceptable en los sistemas naturales, la discusión sobre las “directrices voluntarias” del Climate Response Fund y su comité científico organizador no tiene sentido. Los organizadores de esta conferencia —casi exclusivamente científicos blancos, hombres, de países industrializados— asumen que tienen la experiencia, la sabiduría y la legitimidad para determinar quién debe o no ser invitado a esta conversación.

Hay muchos escenarios en los que experimentos de geoingeniería cuyos impactos cruzarían las fronteras violarían acuerdos existentes, como la Convención sobre la prohibición de usar Técnicas de Modificación Ambiental de 1978, también conocida como Tratado ENMOD (por sus siglas en inglés), entre otros. Que un grupo informal reunido en Asilomar trabaje en el establecimiento de “directrices voluntarias” podría erosionar las leyes locales, nacionales o internacionales, así como comprometer estrategias para la mitigación y la adaptación. Más aún, la historia de las directrices voluntarias demuestra que las corporaciones simplemente no las siguen. Los científicos involucrados en esta empresa no solo darán su bendición a peligrosas técnicas de geoingeniería, sino que no tienen la autoridad para obligar a las corporaciones o a los gobiernos a cumplirlas.

El asunto de los experimentos en gran escala y su impacto no se resuelve con revisiones técnicas entre pares. Lo que está en juego son los derechos de los pueblos y naciones, las responsabilidades para con el planeta y su futuro. El debate público sobre geoingeniería debe incluir como mínimo a los más vulnerables y con mayores probabilidades de resultar afectados por ésta, y no sólo a quienes se beneficiarían. Tal discusión no puede ocurrir sin la participación de todos los miembros de Naciones Unidas. Determinar directrices para la investigación y las pruebas de geoingeniería sin tener este debate es prematuro e irresponsable.

Claramente, la falta de transparencia y el conflicto de intereses en la organización de la Conferencia deja serias dudas sobre quién establece la agenda y a cuáles intereses va a servir. En los pocos materiales que se han publicado(1), se establece que los donantes (innombrados), el Climate Response Fund y el Climate Institute no tienen “intereses financieros en las tecnologías o en las directrices que se vayan a desarrollar.” Sin embargo, esas organizaciones han dado públicamente la bienvenida a las propuestas y dinero del sector privado, incluyendo el apoyo de los fabricantes de automóviles y de quienes representan los intereses de los combustibles fósiles. Finalmente, a pesar del hecho de que se prometió una lista de los financiadores y los detalles de la Conferencia para el 1 de enero de 2010, aún no se han dado a conocer. Es vital que el debate internacional sobre geoingeniería no quede en las manos de aquellos que tienen interés en que la geoingeniería se facilite, se logre y se obtengan ganancias de ello. Nos concierne a todos y debe debatirse abiertamente, donde todos puedan participar.

Eso no pasará en la conferencia en Asilomar en marzo.

Firman:
African Biodiversity Network, Kenya
Asia Pacific Research Network, Philippines
Biofuelwatch, UK-USA
Canadians for Action on Climate Change, Canada
Centro ecologico, Brazil
CESTA- Friends of the Earth, El Salvador
Coastal Development Partnership, Bangladesh
Development Alternatives with Women for a New Era (DAWN), International
ETC Group, International
Gaia Foundation, UK
Global Justice Ecology Project, USA
Green Delaware, USA
Massachusetts Forest Watch, USA
Nadi Ghati Morcha, India
Polaris Institute, Canada
People’s Movement on Climate Change, Philippines
SEARICE, Philippines
Sewalanka Foundation, Sri Lanka
SmartMeme, USA
Texas Climate Emergency Campaign, USA
Uganda Coalition on Sustainable Development, Uganda
1. Ver la carta de Michaek MacCracken al grupo de geoingeniería de Google en browse_thread/thread/a573142a46029eb8/56b306ddbd7c3498?lnk=gst&q=Asilomar+conference#56b306ddbd7c3498http://groups.google.com/group/geoengineering/
Para firmar esta carta (solo organizaciones) envíe un correo electrónico (signon@etcgroup.org) con el nombre completo de la organización, país y persona de contacto.

 

FRENCH
Lettre ouverte au Climate Response Fund et au Comité organisateur scientifique

Objet : Conférence internationale d’Asilomar sur les technologies de modification du climat, 22-26 mars 2010

En tant qu’organismes de la société civile et que mouvements sociaux cherchant à trouver des solutions constructives pour contrer les changements climatiques, nous désirons exprimer notre profonde inquiétude face à la rencontre organisée par des organismes privés sur la géoingénierie qui se déroulera prochainement à Asilomar, Californie. Son objectif déclaré, qui est d’« élaborer un ensemble de directives volontaires ou de meilleures pratiques permettant de procéder à des recherches et à des essais, de la façon la moins préjudiciable et risquée possible, sur les modifications du climat et les technologies en matière de géoingénierie proposées », nous engage trop rapidement dans une mauvaise voie, et ce, sans prévoir aucune limite de vitesse.

La géoingénierie englobe diverses manipulations technologiques à grande échelle du climat et des systèmes connexes, réalisées au moyen de techniques comme l’injection d’aérosols à base de sulfates dans l’atmosphère, la fertilisation des océans et le blanchissement des nuages. Or à l’heure actuelle, la priorité ne devrait pas consister à déterminer les conditions dans lesquelles ces expérimentations devraient avoir lieu, mais plutôt à savoir si la communauté des nations et des peuples considère la géoingénierie comme une avenue acceptable sur les plans technique, juridique, social, environnemental et économique.

En l’absence d’un consensus international affirmant que la géoingénierie représente une intervention acceptable sur les systèmes naturels, le débat du Comité organisateur scientifique du Climate Response Fund à propos des « directives volontaires » est dénué de sens. Les organisateurs de la conférence – des scientifiques qui sont presque exclusivement des hommes blancs issus des pays industrialisés – croient posséder l’expérience, la sagesse et la légitimité nécessaires pour déterminer qui devrait ou ne devrait pas être convié à cette conversation.

Il existe de nombreux scénarios où des expérimentations en géoingénierie ayant des impacts transfrontaliers constitueraient une violation de certains traités (la Convention sur la modification de l’environnement de 1978 et la « Convention ENMOD », entre autres). L’établissement de « directives volontaires » par un groupe non officiel se réunissant à Asilomar pourrait contrevenir aux lois locales, nationales ou internationales et compromettre les stratégies d’atténuation et d’adaptation. De plus, on a pu constater dans le passé que les directives volontaires ne sont tout simplement pas respectées par les grandes entreprises. Non seulement les scientifiques qui prennent part à ce processus donneront leur bénédiction à des technologies de géoingénierie dangereuses, mais ils ne possèdent aucune autorité pour forcer les entreprises ou les gouvernements à les adopter.

L’enjeu des expérimentations à grande échelle en géoingénierie et de leurs impacts ne relève pas d’un examen technique des pairs. C’est une question de droits et de responsabilité, et c’est l’avenir de la planète qui est en jeu. Le débat public doit, au minimum, inclure les populations et les pays qui sont les plus vulnérables et susceptibles d’être affectés par la géoingénierie, et non pas seulement ceux qui en tireront des avantages. Une telle discussion ne peut avoir lieu sans la participation de tous les membres de l’Organisation des Nations Unies. En l’absence d’un tel débat, l’établissement de directives pour la recherche et les essais en géoingénierie est tout simplement prématuré et irresponsable.

Clairement, le manque de transparence et les conflits d’intérêts qui caractérisent l’organisation de la conférence suscitent de sérieuses interrogations et amènent à se demander qui prend les décisions et quels intérêts sont servis. Dans les quelques documents qui ont été publiés jusqu’ici[1], il est indiqué que les donateurs (dont le nom n’est pas mentionné), le Climate Response Fund et le Climate Institute n’ont « aucun intérêt financier dans les aspects particuliers des technologies ou dans les directives établies ». Cependant, ces organisations se sont publiquement dites ouvertes à accepter les propositions et l’argent du secteur privé, y compris le soutien d’entreprises de combustibles fossiles et de fabricants d’automobiles. Enfin, malgré le fait qu’une liste des bailleurs de fonds ainsi que des précisions à propos de la conférence avaient été promises pour le 1er janvier 2010, aucun de ces noms n’a encore été rendu public.

Il est essentiel que le débat international sur la géoingénierie ne soit pas laissé entre les mains de ceux qui sont susceptibles de tirer profit de la facilitation et de la mise en œuvre de ces technologies. Cette question nous concerne tous et doit être débattue au grand jour, avec la participation de tous.

Ce n’est certainement pas à cela qu’on assistera en mars à Asilomar.

Signé par :
African Biodiversity Network, Kenya
Asia Pacific Research Network, Philippines
Biofuelwatch, UK-USA
Canadians for Action on Climate Change, Canada
Centro ecologico, Brazil
CESTA- Friends of the Earth, El Salvador
Coastal Development Partnership, Bangladesh
Development Alternatives with Women for a New Era (DAWN), International
ETC Group, International
Gaia Foundation, UK
Global Justice Ecology Project, USA
Green Delaware, USA
Massachusetts Forest Watch, USA
Nadi Ghati Morcha, India
Polaris Institute, Canada
People’s Movement on Climate Change, Philippines
SEARICE, Philippines
Sewalanka Foundation, Sri Lanka
SmartMeme, USA
Texas Climate Emergency Campaign, USA
Uganda Coalition on Sustainable Development, Uganda
[1] Voir la lettre de Michael MacCracken adressée au Groupe de géoingénierie Google, à http://grouos.google.com/group/geoengineering/browse_thread/thread/a5731….
Pour signer cette lettre (organisations seulement), veuillez faire parvenir un courrier électronique à signon@etcgroup.org comportant le nom complet de votre organisation, le pays et la personne-ressource.

Photo: Courtesy of http://isiria.files.wordpress.com/2008/12/geoengineering.jpg