Esta entrevista fue publicada originalmente en Píkara Mágazine en fecha 27 de enero del 2021, y posteriormente reproducida íntegramente en este sitio web.
¿Por que la economía feminista es una economía transformadora?
La economía feminista no solo mira y analiza la economía y su discurso hegemónico y dominante, que nos ha llevado a este escenario de crisis actual, sino que además, hace una propuesta transformadora. Lo más novedoso es que pone en jaque las narrativas dominantes del mercado que sólo piensan en productividad y eficiencia y coloca en el centro la sostenibilidad de la vida, una ruta y una mirada para seguir caminando, poniendo en diálogo las diferentes experiencias que están cuestionando e interpelando este sistema y cómo estas experiencias dialogan con los feminismos. En este contexto en donde han adquirido una capacidad de internacionalización y extensión de la lucha en tantos planos, es esperable que estas formas de interpelar lleguen a la economía hegemónica.
¿Por qué una confluencia feminista?
Si la atención de la economía es que los mercados funcionen, la preocupación de la economía feminista es la sostenibilidad de la vida. Este cambio de enfoque conlleva una ruptura con el modelo hegemónico en el que además, se vuelve necesario un proceso de confluencia entre el resto de economías transformadoras que proponen un cambio de paradigma. Este camino de transición además, tiene que hacerse necesariamente desde lo colectivo.
Partiendo de esa premisa, diversas redes, entidades, organizaciones y colectivos desde las economías feministas, se organizaron durante el encuentro preparatorio de Barcelona, y promovieron el que hubiese un eje de economías feministas: fue ahí donde nació el germen de la confluencia. A medida que el proceso avanzaba y tomaba forma la organización de hacer un encuentro en 2020 se vio necesario confluir y articularse en clave norte sur transversal, en un espacio en donde los feminismos piensen y articulen una agenda de economías transformadoras con las redes que estaban en el Foro y así fue sumando otras compañeras de los movimientos de los comunes, la soberanía alimentaria, etc., para crear un espacio de encuentro, construcción y movilización.
La confluencia feminista fue una construcción lenta y cuidadosa tratando que las conexiones virtuales fuesen de escucha atenta, de diálogo, fue un desafío trabajar las diferentes lenguas y hacer esa traducción tratando de escuchar a las compañeras en su lengua original y que además supuso un gran trabajo de autogestión – esta confluencia ha sido un referente en ese sentido. En la actualidad somos más de 80 redes, organizaciones y colectivos feministas que venimos impulsando propuestas y apuestas de otra economía.
¿Cuáles son los hitos más importantes de la confluencia feminista a lo largo del proceso?
En un recorrido cronológico, habría que destacar las primera reuniones durante la segunda mitad de 2019 que permitieron reconectar compañeras de diversos lugares del mundo e ir empezando a realizar un tejido feminista global y que marcaron el camino hacia las dos asambleas feministas multitudinarias y virtuales con más de 80 compañeras conectadas virtualmente.
También cabe destacar la organización del ciclo de diálogos virtuales en cuarentena enfocado el primero en los cuidados y el segundo en las estrategias feministas frente a la pandemia. En estos diálogos se buscó rotar las voces y reflejar las diferentes experiencias por regiones, que hubiese una representación e intercambio, diálogos que además fueron autogestionados a través de un trabajo sostenido.
Otro de los hitos importantes fue la apuesta por la autoría colectiva de las declaraciones y posicionamientos que fueron surgiendo durante el 2020, como la Declaración del 8M, que ya se realizó desde el confinamiento, la Declaración sobre la pandemia del covid o la Declaración sobre el 25N
La declaración del 8M supuso colocar una voz feminista en el marco de las Economías Transformadoras, en el caso de la declaración sobre la pandemia, el aporte de la confluencia fue llevar una voz feminista al diagnostico y a las propuestas de salida de la pandemia, y la declaración del 25N mostró que no es una fecha concreta sino una declaración contra todas las formas de violencia que se pudiese llevar a las organizaciones de economía y las cooperativas de la Economía Social y Solidaria, de los comunes, etc. Además ha supuesto también una hoja de ruta y unos puntos para una agenda urgente para evaluar los próximos pasos a seguir.
¿Cuáles son los elementos que destacarías para una futura agenda de las economías transformadoras?
Por un lado, el cómo alimentar los procesos de formación feminista dentro de las experiencias de Economías Transformadora y cómo se pueden entrelazar con otras practicas de formación popular y politica.
Por otro lado, asumir el desafío de cómo las agendas desde América latina, Europa y concretamente el estado español, pueden articularse y confluir con agendas de los países asiáticos y africanos. También es importante el poder generar prácticas de cuidados de nuestras militancias y formas de organización en este nuevo contexto en clave local y global, así como nuevas fórmulas de conexión virtual que no apaguen y desalienten las formas de activismo y movilización.
Otro de los elementos importantes es la disputa por este escenario de la llamada “nueva normalidad”. En los meses iniciales que decreta la Pandemia por la OMS y en ese breve impasse de indeterminación para muches de nosotres, el poder corporativo ya estaba poniendo en práctica sus salidas a la crisis para salvarse ellos y que justamente la insistencia de instalar una nueva normalidad es para lograr la recuperación económica, de los mercados, no de las personas y del planeta. El ejemplo más claro fue el de las empresas extractivas: nunca entraron en cuarentena.
Por último, como elemento central y al mismo tiempo como desafío de la agenda para que se vaya permeando y tramando en las discusiones y decisiones que se tomen sobre la salida de la pandemia: que no sea racista, extractiva y que contenga nuevas formas de explotación y de re-precarización sino que sea una salida de prácticas locales de economía y de experiencias de economía solidaria que vayan tejiendo la salida.
¿Qué ha supuesto para la Red feminista DAWN estar en el proceso del Foro?
La participación y pertenencia a los Foros Sociales Mundiales desde su primera edición en 2001, así como los temáticos, es parte del ADN de la Red Feminista DAWN que han visto en su construcción un espacio clave de transformación, diálogo y encuentro así como parte del pilar de las acciones que implican conectar estrategia de construcción altermundista.
En concreto, el Foro Social Mundial de las Economías Transformadoras fue un espacio de encuentro fundamental con la pregunta clave: ¿Cuáles son las alternativas? ¿Qué proponen? Fue además un proceso muy rico e interesante con compañeras que fuimos conociendo y con las que nos articulamos. También fue importante el diálogo que se generó en el proceso de la Escuela de Economía Feminista adentro del foro, un proceso que se venia alimentando desde el 2018 y que trajo debates a la escuela en el marco del foro como por ejemplo, las experiencias de economía solidaria de REAS Red de Redes y el cómo pensar conjuntamente los puentes entre la Economía Solidaria y la Economía Feminista.
Por último, fue una manera de seguir alimentando los procesos de internacionalización y de conexión de luchas por la justicia climática y ecológica, luchas por la justicia de género, la justicia económica así como la digital. Desde DAWN reivindicamos la importancia de la intersección e interconexión de estas luchas sin la que no podemos pensar la transformación del sistema.